El diseño de la nueva marca del municipio se desarrolló bajo la premisa de la identidad y la pertenencia. Se trabajó esencialmente con la forma geográfica del territorio de Villarino, creando un isotipo (símbolo), morfológicamente gestual, para destacar estos conceptos. Se buscó dotarlo de rasgos particulares, una serie de líneas concéntricas con bordes irregulares que acentúen la percepción visual de una huella digital.
Estos rasgos visuales condensan por un lado el concepto de apego a la identidad de los villarinenses, de su cultura; y por otro lado la idea de una acción constante que mantiene al distrito y a su gente en estado vibrante, siempre en búsqueda de algo mejor. Ese dinamismo es el que se plantea retomar el gobierno municipal para que se caracterice su gestión.
Ser y hacer, para lograr un Municipio que trabaje siempre cercano a los vecinos.